martes, 23 de abril de 2013

TE DOY MIS OJOS ( 2003)


 Una de las mejores películas de la excelente creadora Izízar Bollaín. En este caso aborda el espinoso asunto de la violencia de género. Pilar (Laia Marull) debe huir de su domicilio un noche con su hijo pequeño. Acosada por su marido, Antonio ( Luis Tosar), humillada, maltratada, decide escapar después de mucho tiempo de vejaciones. El matrimonio lleva junto 9 años y los malos tratos han sido contínuos: insultos, faltas de respeto, humillaciones hasta llegar a la violencia física. Pilar se refugia en casa de su hermana  ( Candela Peña) pero pronto Antonio irá a buscarla y con falsas promesas de buen conportamiento ( "Pilar....yo te doy mis ojos")  logrará que ella regrese al domicilio conyugal.

  A partir de ese momento vemos como la sociedad todavía no tiene muy claras las cosas, incluso la madre de Pilar ( Rosa Mª Sardá), que debío ser maltratada de alguna manera por su marido, el padre de Pilar, parece que la incita a que su deber es regresar con su marido. Una moralina muy oscura que parece subyacer incluso en nuestros días y que en aquel momento estaba muy en boga todavía.
   La película, muy bien dirigida por Bollaín, asemeja a un documental, tiene escenas de mucha dureza aunque en general no peca de morbo o búsqueda de efectismos que llamen mucho la atención, que destaquen mucho la brutalidad de Antonio. Es un verdadero drama donde el centro de toda la narración es Pilar, con una extraordinaria Laia Marull, en una de sus mejores interpretaciones, realista y cruda, dejando un poso tremendo en el espectador que verdaderamente sale de la sala de cine totalmente impactado y conmovido con la actuación. Por su parte Luis Tosar no le va a la zaga y realiza una convincente interpretación, es el villano y lo borda, sobre todo en el tramo final de la película donde la bestialidad llega a su culmen.

    La película funciona muy bien como alegato contra la violencia machista, aunque utilice un estereotipo demasiado sobado y consigue salir airosa en su objetivo de golpear en las conciencias de las personas que la vean. Como panfleto es excepcional y como obra de arte también. Hay excepcionales escenas, de gran dramatismo y tensión emocional y la directora deja bien claro el mensaje que quier transmitir. Una buena película para padecer y sufrir, pero en ocasiones el cine es eso: la cruda realidad que nos pega un bajonazo en el vientre, pero necesario para despertar, para darnos cuenta de lo que ya sabíamos que pasaba pero que, quizás, mirábamos para otro lado. ¿Hay posibilidad de reinserción de estos individuos malnacidos que se atreven a pegar a una mujer?. También eso se plantea en la película y es algo que no queda muy claro. Películas así son necesarias, siguen siendo necesarias, por mucho que el telediario nos diga día si, día también que han matado a una mujer en Quintanilla de Abajo ( y que el marido se ha suicidado). ¿Por qué no se suicidó antes el malnacido?. Estas cosas están fenomenalmente abordadas en la película, que tuvo gran éxito en los Goya. Imprescindible.

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