miércoles, 17 de abril de 2013

LA DELICADEZA ( 2011 )


    Película de sentimientos, encontrados en ocasiones, de dramas y de romances. La película se puede dividir claramente en tres bloques bien definidos. En la primera parte Nathalie, una notable Audrey Tatou, vive su apasionada historia de amor. Es el amor de su vida, viven en pareja y todo es perfecto. Pero se desencadena el terrible drama: su amor sale a la calle para un asunto trivial y muere en un accidente trágico. Todo cambia de repente para Nathalie: ahí comienza el segundo capítulo, por así decirlo: el duelo. Es un duelo terrible, porque la protagonista ha perdido algo que realmente amaba, se aisla, no quiere vivir, pero poco a poco irá saliendo del agujero. Hasta aquí el drama romántico. Y después, la tercera parte: la comedia romántica, donde Nathalie conoce de nuevo el amor, pero un amor diferente al primero, completamente opuesto, un torpón y grandote tipo sueco que, con su ternura y timidez la sacará del atolladero de una manera ciertamente delicada.

     Markus ( François Damiens) carece de dotes de seducción, es poco atractivo, muy reservado y tímido, torpe en casi todos los aspectos y tampoco es una persona brillante que escriba bellas cartas de amor, pero transmite una ternura y bondad enormes y eso es suficiente para que Nathalie recupere su vida y se abra de nuevo al amor.  Sin embargo surgirán dificultades para que cuaje esta nueva relación, la gente no lo ve normal: ¿cómo va a ser posible el amor entre dos personas tan diferentes?. Ella, guapa y buena profesional, con dotes de mando en su empresa. Él, feo y carente de atractivo, empleado subalterno. Pero surge y he ahí el misterio del amor. Personajes tan aparentemente distintos, descubren que son almas gemelas y aunque el mundo que los rodea no los vea con buenos ojos ( solo su abuelita, en la campiña sabe desentrañar en un segundo la bondad de Markus) ellos acaban por salir adelante, no sin las típicas dificultades del personaje inseguro que interpreta Damiens.

    El jefe de Nathalie, un hombre poderoso, triunfante en la vida ( aunque no en el amor) intentará seducirla pero ella se resistirá y cuando observa que un hombre menos agraciado que él, sin poder alguno, un fracasado en muchos aspectos, ha conseguido enamorarla  montará en cólera  pero ella sabrá sacar lo mejor de sí misma para convertir la situación en un enfado pasajero y en un triunfo de su  amor.

   Los directores, hemanos y autores también de la novela, resuelven la película de manera más que favorable, con un ritmo pausado pero sin discontinuidades, saben introducir muy bien el drama y la comedia, de manera conmovedora en ocasiones, pero sin dejar de lado la profundidad a través de esa crítica social de la superficialidad, del mirar solo lo que se ve externamente y prejuzgar antes de conocer el fondo de las personas. 
  
   Hay escenas de gran comicidad, como cuando Markus, que ya se cree un galán de postín, seduce a bellas modelos, aunque sea solo un pensamiento. Esa parte cómica se hace más llevadera que toda la parte dramática, pero en conjunto es una película que rezuma dulzura y sensibilidad. Es, efectivamente, la delicadeza. 

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