jueves, 9 de mayo de 2013

HYSTERIA ( 2011)


  Agradable y recomendable comedia basada en hechos reales, de carácter feminista, con el trasfondo de la Inglaterra de finales del  siglo XIX, en la que el doctor  Mortimer Granville ( Hugh Dancy) después de ayudar a muchas mujeres a superar su histeria a base de masturbaciones manuales, acaba fabricando el primer consolador eléctrico. 

  Todo empieza con el  doctor Robert Dalrympe( Johantan Pryce) que, en su consulta psiquiátrica, introduce la masturbación femenina como terapia para acabar con los pesares de muchas mujeres, con algunos de los que el consideraba síntomas de histeria, pero que en realidad no eran más que pequeñas depresiones acompañadas de insomnio, malestar general y mal humor. De manera deshinibida este doctor introduce esta técnica de carácter sexual y , en la puritana sociedad británica victoriana, es lo que más llama la atención, lo que choca y provoca la sonrisa del espectador. Naturalmente sus pacientes, numerosas, están entusiasmadas con esta nueva técnica que, sin saberlo el venerable doctor, está provocando extraordinaros orgasmos en mujeres que en su vida privada marital seguramente nunca lo habían conocido.  Y eso por eso que su consulta no para de crecer. 

   El doctor es viudo y vive con sus dos hijas. Una, más recatada y  formal, Emily, es la pura imagen de la mujer típica del puritanismo victoriano. La otra, Charlotte, una extraordinaria Maggie Gyllenhaal, es todo lo contrario: feminista y luchadora por los más desvalidos, abandonará el calor del hogar paterno para mantener un pequeño hospicio donde lucha por cuidar y curar a los desheredados. Al mismo tiempo defiende el sufragismo y el derecho de las mujeres a la igualdad.  
   Un día, el joven y apuesto Doctor Granville, encuentra trabajo como ayudante de la consulta del Doctor Dalrympe. Inocente, observa el tratamiento que este realiza, manualmente, a sus pacientes para calmarles su histeria y su  rostro se transforma: queda impresionado y un tanto escandalizado pero acepta el trabajo. Comienza, con cierta torpeza, a practicar las masturbaciones a las mujeres, mayoritariamente entradas en edad. Pero pronto afina su mano y la consulta comienza a desbordarse. Un problema en su muñeca, tras una larga temporada dándole al "manubrio", le lleva al fracaso y a su despido porque queda inútil para seguir dando placer a las venerables señoras.

  Entonces, casualmente, en la vivienda de un aristócrata y vividor amigo, descubre la solución perfecta para no tener que sufrir molestas tendinitis en la mano a consecuencia del desmadre masturbatorio. Junto con su amigo, inventa una especie de vibrador que se atreve a probar de vuelta en la consulta con las pacientes de Dalrympe. Así consigue poner en marcha una revolución sexual que llegará a oidos de la mismísima Reina Victoria.
   La película aborda el concepto de sexualidad femenina que existía en aquel período victoriano, la idea de que el orgasmo femenino era como una reacción alocada, algo antinatural, que paradogicamente servía de terapia de choque para este excéntrico doctor. 

También es una comedia romántica un tanto manida, la relación que enseguida se establece entre el joven doctor y la hija más recatada y, después, la aparición de la otra hija, la rebelde, que acaba atrayendo su atención. En ese sentido la película fracasa, es demasiado convencional y previsible, quedando finalmente como una película que siendo simpática no acaba de cuajar.

  El guión está bien trabajado, sobre todo en esa reflexión sobre el papel de la mujer y las tremendas  desigualdades sociales que existían en la Inglaterra de finales del XIX. Logra también una lograda ambientación histórica en la que vemos también el papel y los métodos de la ciencia médica en aquel entonces, todavía arcaicos y los avances en este campo. Sin embargo todos estos temas, por tratarse de una comedia, son abordados de manera superficial. La película podía haber dado mucho más de sí. Sin embargo es un buen entretenimiento que nos enseña cosas, con lo cual consigue sus  objetivos en parte ya  que permite extrapolar muchos aspectos de la sociedad de aquel tiempo con la actual.  El reparto hace una brillante labor interpretativa, no solo los principales actores, sino también los secundarios, que no desmerecen a los primeros.

   Además es una película de mujeres hecha por una mujer, la directora Tanya Wexler, casi debutante y que habrá que seguir con detenimiento en el futuro. Se nota ese punto de vista feminista y reivindicativo aunque con el acertado logro de hacer que todo ello sea visto desde la óptica masculina, bien es cierto que desde una óptica masculina abierta, dispuesta a aceptar que la mujer no sea un mero objeto decorativo y juegue en la sociedad un papel mucho más igualitario
 
 

 

2 comentarios:

  1. Triste, muy triste que todavía hoy existan tabús y desconcierto ante la exploración de nuestra sexualidad y debamos plantearla enfocada hacia una "óptica masculina abierta".

    ResponderEliminar
  2. si, todavía no está bien cerrado este tema y lo vemos muy bien desde la perspectiva histórica e histérica.

    ResponderEliminar