Amazing Grace es un himno cristiano compuesto por John Newton, uno de los personajes de esta película, que sirve de himno o hilo conductor de esta gran historia de humanismo que cuenta la vida política y personal de William Wilberforce, luchador durante toda su vida por la abolición del comercio de esclavos. Amigo del que fuera premier británico durante casi dos décadas, William Pitt el joven, marchó de derrota en derrota hasta la victoria final. Su campaña contra la esclavitud estuvo muy ligada a su conversión al catolicismo y su apoyo en una secta conocida como Clapham Sect. Su fe lo llevó también a interesarse por las reformas sociales y las mejoras en las condiciones de vida de los obreros en las florecientes industrias británicas dentro del marco de la revolución industrial. Pero hay que destacar que no estamos ante un biopic al uso aunque también. Porque lo que predomina en esta fiel recreación de la época entre finales del XVIII y principios del XIX en la Gran Bretaña es la idea de lucha justa contra la barbarie, contra la ignominia de los que anteponen los intereses de la oligarquía, de los hombres de negocio, del dinero, del capital en definitiva sobre los derechos humanos, en una época en la que ya se estaban plasmando por escrito los derechos de los que había hablado la Ilustración. Y si bien el Imperio Británico estaba luchando contra la Francia revolucionaria, no es menos cierto que muchos políticos e intelectuales británicos habían aceptado su derrota en los Estados Unidos y el que todas aquellas ideas fueran calando como la lluvia fina, poco a poco.
En su lucha contra la esclavitud se enfrentará Wilberforce contra toda la bancada parlamentaria porque en un principio ni siquiera sus propios correligionarios le apoyan. La mayoría del parlamento apoya la continuidad de la esclavitud por suponer la base de su economía mercantil. ¿Qué va a ser de la producción de azúcar y de nuestros negocios en Jamaica y las Indias Orientales? argullen sin demasiado pudor ante las proclamas de Wilberforce, el auténtico protagonista de la película. Es cierto que en un principio nuestro protagonista aparece como un acomodado burgués que se interesa por la acción política y que acoge en su palacete a menesterosos que suplican por un plato de comida. Sin embargo será después cuando conozca algunos testimonios aterradores ( que no se obvian en la cinta) cuando tome conciencia de la brutalidad contra seres humanos, de las condiciones infrahumanas del transporte desde África hasta su destino en las plantaciones. Es entonces cuando, tras conocer a un antiguo esclavo ( interpretado por el cantante negro Youssou N'Dour) toma conciencia de la crueldad, de la realidad del drama de la esclavitud. Así se convirtió en el mayor defensor del abolicionsimo iglés.
Es interesante como documento histórico, pero también como película política, por las escenas de duelo parlamentario, en la cámara de los comunes donde su magnífica oratoria es contrarrestada por brillantes declamaciones. Muy buena ambientación, el guión de Steven Knight consigue adentrarse en las tripas del poder británico, en eso que se suele denominar "las bambalinas del poder", donde de verdad vemos opiniones y actitudes que retratan muy bien a determinados personajes. También es interesante observar como en aquel sistema parlamentario tal y como siempre ha sucedido, son necesarias campañas de concienciación y movilizaciones que presionen al poder establecido para que vaya reconociendo poco a poco determinadas injusticias. Lo más esperanzador es que después de una enorme lucha se consigue siempre el fruto justo a las reclamaciones. Algo también de agradecer es que la película no resulta aburrida y en todo momento mantiene la atención del espectador.
Otra virtud de la película de Michael Apted es lograr una excepcional ambientación, una recreación fiel de la realidad, sin necesidad de caer en excesos dramáticos. Lo importante es el mensaje, no la imagen, diríamos, pero sin descuidar el atrezzo: vestuarios y peinados de época también están muy bien conseguidos. En general todo el film está muy bien rodado, tanto en interiores como en exteriores, con una fotografía magnífica de Remi Adefarasin.
Las interpretaciones son magníficas aunque quizás estén mejor los secundarios que los protagonistas principales. Benedict Cumberbatch en el papel de William Pitt se muestra ambicioso por el poder, llegando a ser primer ministro de Su Magestad con tan solo 24 años. Michael Gambon maravilloso com Lord Charles Fox, incisivo y vital moviendo sus hilos en la cámara, Albert Finney como John Newton, un antiguo negrero arrepentido que influye decisivamente en el protagonista principal y que cuenta la historia que compuso el himno cristiano "Amazing Grace" que cantan en la película y que sirve de título a la misma, Ciarán Hinds impresiona en un papel hecho a su medida, como líder fustigador de los antiesclavitud y Rufus Sewell como Thomas Clarkson, en un papel que le aleja de los habituales estereotipos de malvado. Respecto a los protagonistas principales, Ioan Gruffud, está francamente bien en el papel principal como William Wiberforce y la joven Romola Garai también correcta aunque en un plano inferior.
Un buen documento que saca a la luz a un personaje que hizo mucho por la abolición del comercio negrero en el imperio británico y que nos muestra una lucha personal y parlamentaria soberbia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario