lunes, 16 de diciembre de 2013

DRIVE (2011)



 
   Fantástica película que destila puro noir. Violencia y romance exacerbados, crueles en ocasiones. Muchos recuerdos del buen thriller trepidante y trepidado, de los que no dan tregua al espectador, del cine que aborda el tema de la mafia y sus ramificaciones y que no está exento de una conveniente historia de amor. Es puro cine policíaco de los 80, Tarantino, al menos el de Reservoir Dogs y Pulp Fiction aunque en este caso el tono general es mucho más negro y sangriento, quizás excesivo y carece de esas dosis de humor que el director norteamericano introduce en sus películas. O quizás recuerde al Scorsese de Taxi Driver, aunque el protagonista en nigún momento pierde la cabeza.   La historia que nos cuenta esta película tiene un protagonista principal que da título a la cinta. Es Driver, un joven mecánico que complementa su sueldo trabajando como conductor en arriesgadas escenas de cine, como especialista. Driver también es un conductor excepcional que llama la atención de promotores que piensan que puede tener llegar lejos como piloto de autos de gran cilindrada. Lo que nadie sabe de él es que, algunas noches, complementa su triste salario en el taller trayendo y llevando a delincuentes. De hecho la película tiene una magnífica presentación o introducción que ocupa las primeras secuencias del film en las que se ve a Driver esperando a los delincuentes para despúes transportarlos a un lugar seguro, persecución policial incluída, a todo gas por las nocturnas calles de Los Ángeles. Así transcurre su vida, entre el taller, las arriesgadas escenas del cine y las cundas de delincuencia que le reportan unos míseros ingresos para subsistir en su pequeño apartamento. 

    Sin embargo algo inprevisible se cruza en su monótona vida: el amor. ¿Qué sería del Noir sin una buena y tormentosa historia de amor?. Nuestro joven protagonista conoce por azar a Irene, que se ha trasladado a vivir con su hijo Benicio al apartamento contiguo al de Driver. Pronto surge una buscada complicidad que lleva irremediablemente a una bella relación. Y a pesar de que ella tiene un hijo, los tres se complementan a la perfección. El problema (siempre en el cine negro ha de surgir algo así que altere la normalidad) es que ella está casada con un delincuente. Y como no podía ser de otra manera el marido sale de la cárcel, debiendo ambos enamorados apartar su historia de amor momentáneamente. Hasta aquí tenemos unos elementos diríamos habituales en una película normal: chico conoce chica, ambos se enamora, ella tiene un hijo, su marido regresa de la cárcel.


    El problema ( y lo que realmente da sentido a toda la película) es la trama que surge con la aparición de la mafia, la pequeña mafia que patrocina a Drive como piloto y la gran mafia de Philadelphia que busca un millón de dólares perdido en una casa de empeños. El marido de Irene, Standard, tiene una deuda que ha contraído en prisión con un grupo mafioso y debe pagarla. Driver, a pesar de que es su competidor por el amor de Irene, decide ayudarlo. En esta acción se ve el lado humano y altruísta de nuestro protagonista. Aunque le duela prefiere ver a Irene y a Benicio felices al lado del hombre que es su marido. Pero todo dará un giro de 180 grados en ese maldito atraco. Drive espera 5 minutos ( nunca espera más, si el delincuente no se las arregla con ese tiempo se queda en tierra). Antes de terminado el tiempo aparece un enorme coche con lunas tintadas que se coloca paralelamente al suyo. Algo pasa aquí, ¿quiénes son estos tipos?. El drama se huele. Drive consigue que el dinero acabe en su maletero pero  Standard, el marido de Irene, es tiroteado y muere. Algo ha salido mal, algo huele a cuerno quemado. Lo que sucede a continuación es que la película se vuelve endiabladamente tenaz, todos los acontecimientos ocultos y sangrientos se precipitan. El millón de dólares ( que Drive ni se imagina) ponen en marcha un proceso en el que todos van a salir bastante perjudicados y en el que el joven conductor mostrará una incalculable sangre fría para poner a salvo lo que más quiere: a Irene y su hijo, aun a riesgo de perder su vida.


  La película hechiza por muchas razones: el guión de Hossein Amini es muy negro, tanto que recuerda a esas películas de cine criminal de toda la vida.  Destaca por encima de todo un clasicismo que se ve fragmentado, roto y salta por los aires cuando la terrible y brutal violencia hace acto de presencia. Si bien aparece como pleno de sentimentalismo la bestialidad del mundo en el que se desarrolla deja poco espacio para el romance. En realidad deja muy poco espacio para casi nada que no sea la violencia, el crimen. Ningún espacio para la absolución.

   La estética de la cinta, es tan ochentera que recuerda a otras películas del género como ya decíamos. La actuación de los protagonistas, en especial un Ryan Gosling en estado de gracia, como el frío y calculador Drive, el mártir engominado  y chuleta, bella fiera que no se deja amilanar por nada ni nadie, aunque una mafia criminal de la peor especie amence lo que más quiere. Sus acciones al volante recuerdan a Bullit, son excepcionalmente emocionantes. Carey Mulligan es Irene, la madre de Benicio. Es la típica mujer frágil que ha acabado con un criminal de poco fuste y se ve atrapada por su amor por Drive. En ese sentido interpreta magníficamente su papel de mujer débil pero enamoradiza, asustada y dura, inflexible ante el mal que contempla a su alrededor. Ron Pearlman es Nino. El veterano actor continúa en su estilo personal, que le acerca mucho a estos papeles de mafioso sin escrúpulos que tan bien aborda. El resto de los actores dan la talla, incluso Christina Hendriks en un papel ínfimo ( sí, la tetona de Mad Men).

  El director Nicholas W. Refn demuestra que sus anteriores trabajos no eran flor de un día. Incorpora a la película una serie de detalles visuales muy logrados, una fotografía sombría que se troca por momentos en luminosa, una luminosidad pavorosa, apabullante que destaca claramente los momentos de lucidez y los de descenso a los infiernos. Así, el realizador lleva a cabo un derroche de estilo, con todos los elementos propios del género cinematográfico: las carreras trepidantes de coches, las amistades peligrosas y el romance, el cine de gangsters y de vengadores. Consigue crear una situación de tensión que se incrementa con el paso del metraje, cuando nos apercibimos de la crueldad hacia la que se dirige Drive, devorado por el monstruo de la venganza. De esta manera Refn consigue crear una serie de escenas inolvidables que quedarán indelebles en nuestro imaginario.

   Quizás haya violencia gratuíta pero seguramente no haya mejor ocasión para mostrarla. Escenas como cuando vemos el cine dentro del cine, con esa máscara impersonal que tanto protagonismo tendrá al final o el momento del ascensor, con esa penumbra remarcada por unos personajes que sabemos malvados, ejemplifican la idea clave de esta obra de arte. Esto es cine, amigos.

1 comentario:

  1. No salió mucho la actriz de Mad Men, Christina Hendricks, pero lo hizo estupendo, es una actriz que se ha ido forjando con otra película que se llama Ginger y Rose

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